jueves, 27 de febrero de 2014

Por qué los dos últimos capítulos de Girls valen más que el resto

Tranquilos, en Girls no pasan tantas cosas irreversibles como para que al leer estos porqués os sintáis spoileados. Y esto es necesario: los dos últimos capítulos demuestran que Lena Dunham sabe hacer lo suyo (incluído pasarse un capítulo entero en bikini), sabe retratar algunas de las arrugas de nuestra generación, esa que avanza hiperconectada e hiperaislada por la década de los veintitantos.

Resumen: Alison, en lo más hondo de su insatisfacción vital desatada por el novio al que despreciaba cuando era friki y que luego la dejó al convertirse en emprendedor guay, decide preparar un "fin de semana sanador". Y Tras "Beach House" viene "Incidentals", pero quiero pasar ya a los porqués.

1.  Cuando se aburren como ostras, a Alison se le escapa accidentalmente que podrían pasárselo bien para instagramearlo y que todos vean lo bien que se lo pasan. ¿A alguien le suena? ¿No? Bueno, cuando seas mayor lo entenderás.

2. Beber con el objetivo de pasárselo bien pasa a ser el típico beber por beber y cuando la tasa de alcohol alcanza su clímax, da lugar a malos rollos que nunca se habían retratado tan bien como lo hace "cruel drunk Shoshanna" en una serie de chicas.

3. Si quieres honestidad, nadie te la dará. A menos que esté borracha como Shoshanna. Y no te va a gustar, amiguita. "Deberías bajar tus expectativas sobre tus amigas". "No puedo bajarlas ya más". "Mi ansiedad social me impide buscar amistades buenas para mí, en lugar de un puñado de doña nadies quejicas como vosotras".  Zasca.

4. Después de todas esas cosas horriblemente honestas y de dormir hecha un siete en algún sofá de mala muerte, cada una vuelve silenciosamente al rebaño a recoger los restos del naufragio medio liberada y medio arrepentida. Y nadie se irá porque a los 25, por duro que sea, existe cierto determinismo respecto a lo que rodea tu vida.

5. Hacer lo que te gusta y no ganar ni un un duro vs. venderte al diablo, trabajar para el negocio y poder pagarte el alquiler y un vestido caro.

6. El poder social del resto puede meterte ideas que no tenías en la cabeza, a.k.a. si tu novio raro trabaja en Broadway, será guay y seguramente le seguirán un puñado de groupies y ya no te querrá. Aunque fuese algo más que lógico.

7. El poder de atracción de un tío con barba, ojos azules y una guitarra es especialmente efectivo cuando te acaba de dejar el amigo feo de tu exnovio friki reconvertido a emprendedor guay. Y en cualquier otro caso también.

8. Trabajar en una tienda de ropa para bebés puede acabar aburriéndote aunque fuese lo que más querías. En realidad, todo puede acabar aburriéndote aunque fuese lo que más querías.

9. Está de moda ser pobre. Incluso cuando sales de una tienda cargada de bolsas. Recuerda, si te encuentras a Alison pidiéndote con los ojos trabajar en la galería que acabas de abrir y vas cargada de bolsas de ropa, di que eres pobre. Eso la confundirá. O al menos, te evitará compromisos indeseados.

10. ¿He dicho ya que Hanna se pasa todo el capítulo en bikini? Pues eso, que el ojo se te acostumbra a un cuerpo normal y corriente, con mollas y curvas.



PD: De Jessa no digo nada, pero... JESSA, PAGA LA COCA. PRIMER AVISO.
PD2: SHOSHANNA ÍDOLA.

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