miércoles, 22 de febrero de 2012

Primavera valenciana: 21 de febrero

Son las 13.30, más de una hora antes de la concentración convocada en asamblea la noche anterior, y el salón de actos de la Facultad de Filología está tan lleno que algunos estudiantes tenemos que conformarnos con oír alguna frase de la Decana que se escapa por las puertas abiertas.

Así comenzaba una jornada de manifestación que ha sacado de sus casas y sus aulas a una buena parte de la juventud valenciana, indignada por la actuación policial y los recortes educativos en Valencia. A las 14.45, la parada de metro de Facultats ya era un hervidero de ideas: cientos de personas estaban preparadas para tomar la calle y dirigirse al centro de la ciudad, blandiendo armas de papel -libros, algunos con títulos significativos- para apoyar a los alumnos del instituto Luis Vives.

"El secuestro de la democracia", "El club de la lucha"... armas de papel.
En un abrir y cerrar de objetivo de cámara -ya había unos cuantos medios por allí-, la masa de gente se trasladó a la calzada y continuó gritando consignas mientras enarbolaba sus libros. Lo que antes eran cientos de personas se convirtieron en miles, una riada de gente que circulaba por la principal arteria de Valencia bajo un sol de justicia -la que intentamos conseguir-.

Para que luego digan que éramos 200 radicales.
Pasada la plaza de Tetuán, la casa de Rita Barberà -por cierto, a falta de policía, ayer ni siquiera estaba la que habitualmente vigila su portal- y la Glorieta, la manifestación se dirigió por la céntrica calle Colón hacia la Delegación del Gobierno, lugar de trabajo -desde donde ordena a la Policía pegar más fuerte o menos, suponemos- de Paula Sánchez de León, la delegada. Allí, como era de esperar, si había presencia de sus subordinados custodiando la puerta de la institución.

"Amb esta delegada, anem de cul"
La calle Xàtiva, desembocadura obligatoria de la riada humana de la calle Colón y escenario de abusos policiales hace tan solo horas, se convirtió en lugar de concentración masivo. El epicentro, por supuesto, el instituto Luis Vives, desde donde han salido todas las ondas que han hecho despertar a parte de la sociedad y sacudir, como un terremoto, los medios nacionales e internacionales. Esta era la situación allí:


Durante un buen rato continuó acudiendo gente por todos los rincones y se siguió mostrando apoyo a los estudiantes y rechazo a la acción violenta. También se pedía la libertad de los detenidos, algunos de ellos menores.

"Menys policia, i més educació"
Sin embargo, una vez los manifestantes volvieron a moverse, hubo momentos de desconcierto -posiblemente instigados por algún infiltrado de la policía que intentaba dispersar las protestas-. Una parte recorrió la plaza del Ayuntamiento y avanzó por la calle de las Barcas, y otra se situó frente al propio Ayuntamiento. Finalmente ambas partes acabaron juntándose en la calle de las Barcas.

Sentada frente al Ayuntamiento, observados por la Policía.
En el recorrido por la calle de las Barcas, que alberga el centro financiero de Valencia, se escucharon también algunas consignas hacia bancos -"¡Bancaja, devuélveme mi casa!"- y hubo reacciones adversas ante la fachada del Banco de Valencia. Sobre las cabezas de los manifestantes, desde hace horas, un molesto helicóptero zumbaba ruidosamente para vigilar la situación. Aunque sirvió para hacer asomarse por las ventanas a personas que apoyaban la protesta, cazuela y cuchara en mano, o a personas a las que les era completamente indiferente, como los propios trabajadores enchaquetados de los bancos.

Gonzo, de El Intermedio, grabando en el frente de la protesta.
Una vez llegados a la Glorieta, sucedió lo mismo que en la plaza del Ayuntamiento: hubo división, instigada por algunas personas, sobre la dirección que tomar: "a Delegación no se puede ir, que ha cortado la calle". Pero resulta que sí, sí se podía ir y la calle, evidentemente, estaba cortada por la propia gente.

Otra vez tomando Colón, después de 3 horas.
Frente a la Delegación del Gobierno, el representante de la Federación de Estudiantes, Albert Ordóñez, intentó anunciar -a duras penas, con un megáfono y con el ruido del helicóptero impidiendo la comunicación- que habían liberado a los detenidos con cargos y que se negociaría esa misma tarde con Paula Sanchez de León la eliminación de cargos y la propia dimisión de esta.



Tras estas declaraciones, muchos manifestantes se retiraron. Desde la calle Xàtiva se veía otra riada de gente, ya hacia las 18 de la tarde, dirigirse hacia Ángel Guimerà, donde está la Jefatura de Policía, para pedir la libertad sin cargos de los detenidos. Después el movimiento se trasladó a la sede del PP valenciano.

La sede del PP, al fondo a la derecha del todo (nunca mejor dicho).
Durante toda la jornada, las redes sociales y especialmente Twitter ardían con testimonios y palabras de ánimo bajo el hashtag #primaveravalenciana. Allí se informó más rápido y con más precisión incluso que los medios convencionales. Una cosa es segura: algo se está despertando en la sociedad valenciana, y cuando la llama prende, como buenos valencianos sabemos que cuesta apagarla.

Álbum de fotos AQUÍ

Las fotos y los vídeos son propios, podéis utilizarlos y difundirlos. Si indicáis la fuente, mi blog, os lo agradeceré mucho :)

1 comentario:

ataque permanente dijo...

me gusta tu blog eres buenao