sábado, 8 de enero de 2011

Un día de desconexión

Confirmado: llevo más de 24 horas sin conectarme a una red social (vale, he hecho un poco de trampa, me llegan notificaciones al e-mail... ¡pero no me he metido para contestar a nada!). Estoy orgullosa, porque esto es un vicio como el de fumar y dicen que los tres primeros días son cruciales para que luego te desintoxiques del todo. Me cuesta, tengo el reflejo de escribir la inicial de Facebook o de Tuenti en la barra de dirección casi de forma inconsciente, pero me mantendré fuerte. Suena patético pero a ver cuánta gente es capaz de desconectar durante tres días y volver a los métodos de comunicación de la infancia, o sea, Messenger y teléfono (eh, que a lo mejor es que soy muy moderna y solo es dificil para mí... quién sabe).


He conseguido concentrarme más pero aún así, siempre encuentro algo con lo que desviar la vista del papel. Como cada vez que hay exámenes, me hago listas de todo lo que haré cuando sea libre. La primera cosa, por supuesto, es sacarme de una vez el carnet de conducir. Aunque igual puedo tomarme unas tardes para ir de rebajas (más bien, para ir a ver los restos de las rebajas, ¿por qué no ponen los exámenes en otra fecha?), ¡que también he hecho lista de cosas que comprar! También he ido engrosando la lista de películas que quiero ver y libros que leer (Héroes de Ray Loriga va a ser lo primero que devore, después de El arte de la guerra de Sun Tzu comentado, ¡un clásico con el que se han lucido los Reyes Magos!).


En fin, que una de las cosas que más creo que se notan cuando desconectas de todos esos vicios, y te ves obligada a hacer algo que no te apetece (véase estudiar) es que aumenta la creatividad. Me he metido varias veces a los blogs y he escrito, la pausa ya duraba desde verano en uno de ellos. Y es que no hay nada mejor que la motivación para hacer cosas, así da gusto :)
¡Volveré en otra pausa de estudiar!

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